Serhina es la mujer del sueño de todo aquel que ya haya probado carne y del que no lo haya probado también. Con sus senos redonditos y sus curvas de montañas conquista a cualquiera, Andrés me dijo que se la llevó al hostal, después de conocerla en la iglesia, lo que comenzó en miradas, terminó en el pandemónium de aquel antro. Gritaba como poseída.
El otro día la vi en un parquecito del centro muy ardiente junto a un patán, un snob mesero de la cafetería esa, me dio unas ganas compare. Ya es hora de que me toque el chance.
Bueno si me cuentas eso, sí que es puta de categoría. ¿Ya recorridita no?
Si pues, te sigo contando, en verdad está ricotona esa mujer, pero te hace caso cuando eres trigueño y tienes pinta de machazo, osea tu la haces linda, pero la pinta es finta nomás, ¿no? jaja, una bromita pe.
Creo que es por acá no me acuerdo, a ver vamos por la derecha. ¡Ah! me olvidaba, tienes que tener cuidado, si no la satisfaces te come completo. ¿Y para qué quieres comprar un perro?.
¿Que si no la qué? Su cuerpo se agranda hasta tres metros encorvándose, mirándote fijamente con sus ojos marrones y de la nada le salen cuernos en la espalda, esa parte es alucinante y se vuelve roja como sangre podrida, además, apesta a mierda. Te devora con sus dientes filosos; es una mujer, pues, lo sabe hacer muy bien. Muchos han desaparecido después de tener intimidad con ella, pero a nadie le importa, a mi no me importa por ejemplo, me dejaría comer completo, le daría mi pierna derecha primero, eso sí, el pene al último para que lo saboree mejor. Serhina, Serhina, Serhina es un ángel piel de seda. Serhina, estoy loco por ella.
¿Pero, si no la satis...fago, me dejo comer nomás?
Claro, hermano, es el precio que hay que pagar por tanta sabrosura, es que vale la pena. Además, ¿qué te cuesta? La vida nada más.