domingo, 20 de mayo de 2012

Maestro




Si pudiera, le daría mil soles, maestro
lamento su incómoda situación
contra la inercia inevitable
la fatiga de su garganta, los bemoles
pero no tengo ni un céntimo.

Lamento el implacable sello
que lo proclama a usted como desempleado
y anota en letras mecanográficas
su longevidad proclive a la muerte.

Son tres de la tarde y usted no ha comido?
la poesía argumenta sus versos
mientras su lengua no ha probado pan todo el día.
mientras su boca no ha sentido existencia.

Si pudiera, erradicaría su hambre
solamente con eliminar privadas propiedades
las mismas que le han quitado los años
las mismas que le han quitado el trabajo.

Si pudiera, le daría un quizás
pero se me hace mentira la saliva
cuando lo veo, en dos pies, afirmando.

Si pudiera, si pudiera... si pudiera
esto ya no sería, maestro
solamente se podría y ¡ya!
Solamente se podría.

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